Golpe cívico
militar en Argentina. 24 de marzo de 1976
El 24 de
marzo de 1976 se produjo un golpe de estado autodenominado “Proceso de
reorganización Nacional” en donde las fuerzas armadas tomaron el control
del país. La represión y el terrorismo de estado fueron las herramientas
empleadas para corregir y disciplinar a la sociedad según su criterio.
El
reordenamiento político también estuvo acompañado por el económico, se creó un
nuevo modelo basado en la acumulación financiera y se privatizaron las empresas
públicas. La apertura de las importaciones perjudicaron a la industria nacional
que se vio imposibilitada de competir con los productos extranjeros. Del 76’ al
78’ se implemento un plan de ajuste ortodoxo, con devaluación, liberación de
precios, congelamiento de salarios, etc.
En cuanto a
lo político, la junta militar a cargo de Videla, Massera y Agosti dejaron
sin vigencia los derechos y garantías establecidos en la Constitución Nacional,
implementando el terrorismo de Estado en consonancia con el Plan Cóndor llevado
a cabo en América Latina. Violando los derechos humanos, los militares realizaron
delitos de lesa humanidad cuyo resultado fue de 30.000 personas desaparecidas,
asesinatos, secuestro y apropiación de niños y robos de bienes.
Al concluir
en 1983, la última dictadura militar dejo marcas terribles, como exiliados,
torturados, desaparecidos y muertos tanto a causa del golpe como por la guerra
de Malvinas y por supuesto dejo una pesada herencia para los gobiernos constitucionales
que asumieron desde ese año.
En este
aniversario tan especial, donde recordamos los 40 años de aquel Golpe cívico
militar, nos propusimos como escuela pensar y reflexionar en las aulas. Desde
las distintas áreas y materias, intentamos traer al presente aquellos
testimonios y aquellas memorias que fueron silenciadas durante la dictadura.
Nos fuimos preparando, cada uno desde distintas perspectivas, para que hoy
podamos volcar estas memorias todos juntos. Porque la conciencia y la memoria
se construyen, implican compromiso, trabajo y responsabilidad, y también
angustia, pero es una tarea indispensable para entender nuestro presente y, por
qué no, cambiar el futuro.
Hoy no
callamos, y gritamos con fuerza para que no se repita. Quizás crean que una
palabra no dice nada… pero una palabra dicha con convicción puede por un
instante, traer a la vida y a la luz a aquellos que fueron detenidos y
desaparecidos. Por eso invito a los estudiantes de 4to y 5to año, que nos
digan, en voz alta, el nombre de aquella persona que eligieron para contar su
historia y su testimonio, dándole voz a los sin voz, volviendo visible a los
invisibles.