miércoles, 2 de marzo de 2016

Agrego estas líneas tímidas
mientras corrijo la sangre derramada
en el tiempo de las verdades reveladas.

Agrego estas esperanzas blindadas
mientras junto los pedazos de la rosa
manchados de deseos frustrados.

Agrego estas lágrimas secas
por el dolor, mientras beso la tierra embebida
de rabia impotente
por el escándalo
del hombre asesinado,
de sus sueños violados.

Hay solamente unos cuerpos, hace unas horas vivos.
Ahora dormidos.
Como te siento Argentina desangrada.

Hay solamente unas esperanzas.
Hace unas horas vivas, 
ahora ametralladas, impotentemente dormidas.
El deseo congelado, la alegría atrofiada, el grito desparramado
en un lugar y en un tiempo.

Como te siento Argentina desangrada. 
Claudio Epelbaum, secuestrado en Uruguay el 4 de noviembre de 1976