Se ha extendido la cuarentena para quedarnos en casa y seguir resistiendo. Se hace largo pero necesario. Es infalible seguir cuidándonos, no bajar la guardia, que con perseverancia y paciencia lo vamos a lograr.
Igual no nos deja de interpelar lo que pasa alrededor nuestro, el país, el mundo. Son situaciones que quizás nos generan temor, preguntas, ansiedades, preocupaciones por nuestro semejante, por nuestros seres queridos, por nuestros mayores.
Y a esto me viene a la mente lo que dijo Dios (Isaías 41:10, Biblia) hace miles de años atrás, al pueblo de Israel que estaba en el exilio, fuera de sus tierras, de sus costumbres, de su lenguaje, desanimada, devastada e impotente: “No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, te ayudo y te sostengo con mi mano.”
A pesar de las aflicciones, Dios sigue estando y acompañando. A los israelitas, a los enfermos, al personal del ámbito científico, salud, seguridad, higiene, cuidado, gobernantes, comercios…, a quienes nos quedamos en casa.
“En este Dios creemos y nos sostenemos, quien nos acompaña en estos días tan difíciles, resistiendo y confiando que seguimos en sus manos.
Que no nos desanimemos. Sigamos en piey haciendo lo que debemos hacer,cuidarnos unos a otros. Que Dios nos bendiga y siga dando aliento en este tiempo”.
Equipo pastoral.